jueves, noviembre 21, 2024
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Por esto es que JAMÁS debes lavar el pollo antes de cocinarlo

Durante años, lavar el pollo antes de cocinarlo fue una práctica común en muchas cocinas. Parecía lógico: al limpiar la carne, se eliminaban posibles residuos y suciedad. Sin embargo, con los avances en seguridad alimentaria, los expertos han cambiado esta recomendación, generando un intenso debate entre quienes mantienen este hábito y quienes han adoptado las nuevas sugerencias. Aunque parezca sorprendente, lavar el pollo antes de cocinarlo puede traer más riesgos que beneficios.

Diversas organizaciones de salud, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), han advertido que lavar el pollo crudo no solo es innecesario, sino que también puede aumentar el riesgo de contaminación cruzada. Esto ocurre porque al lavar el pollo bajo el chorro de agua, las bacterias que están en la superficie de la carne se dispersan en pequeñas gotas que pueden terminar en utensilios, superficies de la cocina o incluso en nuestras manos. Esta propagación de bacterias, que a simple vista es imperceptible, incrementa la posibilidad de intoxicaciones alimentarias.

Un ejemplo de las bacterias que pueden estar presentes en el pollo crudo es la Campylobacter, un microorganismo que se encuentra en los intestinos de las aves de corral y que es responsable de causar síntomas como dolor de estómagodiarreafiebre, y en casos más graves, vómito y deshidratación. Cuando las gotas de agua contaminada salpican superficies, como encimeras o cuchillos, la bacteria se propaga sin que nos demos cuenta, aumentando así el riesgo de consumir alimentos contaminados. Por esta razón, las recomendaciones actuales desalientan la práctica de lavar el pollo antes de cocinarlo.

Un error común es pensar que lavar el pollo lo deja más limpio y seguro, cuando en realidad, este acto solo esparce más los microorganismos patógenos. Las personas a menudo lavan el pollo para eliminar residuos, como pequeñas plumas o posibles olores desagradables, pero esta acción no contribuye a eliminar las bacterias. La verdadera protección contra estos patógenos se logra mediante una cocción adecuada. Cocinar el pollo a una temperatura interna de al menos 70 grados Celsius es suficiente para destruir bacterias peligrosas como la Campylobacter, que puede sobrevivir hasta temperaturas de 45 grados.

Por lo tanto, en lugar de lavar el pollo, es crucial enfocarse en la manipulación segura del alimento antes de cocinarlo. Para empezar, siempre lávate bien las manos después de tocar el pollo crudo y antes de manipular cualquier otro alimento o utensilio. Este sencillo paso ayuda a evitar la contaminación cruzada en la cocina. Además, asegúrate de usar una tabla de cortar y cuchillos que estén limpios y destinados exclusivamente para el pollo crudo, reduciendo la posibilidad de transferir bacterias a otros alimentos.

Otra medida importante es refrigerar el pollo adecuadamente. No lo dejes a temperatura ambiente por largos periodos de tiempo, ya que esto favorece el crecimiento de bacterias. Si planeas cocinar el pollo más tarde, mantenlo en el refrigerador o en el congelador hasta que estés listo para prepararlo. También es fundamental limpiar todas las superficies de la cocina que hayan estado en contacto con el pollo crudo, especialmente si accidentalmente has lavado el pollo. Usa toallas de papel o paños humedecidos en alcohol para limpiar las áreas afectadas y asegúrate de desinfectar bien los utensilios utilizados.

Aunque esta información puede parecer contradictoria a lo que muchas personas aprendieron en sus hogares, los estudios científicos más recientes apoyan estas recomendaciones. Seguir estos pasos no solo ayudará a evitar posibles intoxicaciones alimentarias, sino que también contribuirá a una cocina más segura y saludable para todos.

En resumen, lavar el pollo antes de cocinarlo es una práctica que debe evitarse. En su lugar, asegúrate de cocinar la carne a la temperatura correcta, manipular el pollo crudo con cuidado, lavarte bien las manos y limpiar a fondo todas las superficies que entren en contacto con el pollo. Siguiendo estas recomendaciones, no solo se minimizarán los riesgos de contaminación cruzada, sino que también se asegurará una cocción segura y saludable para ti y tu familia.

Recuerda que cuidar la higiene en la cocina es esencial para prevenir enfermedades y mantener un entorno saludable. Para más información y actualizaciones sobre prácticas seguras en la preparación de alimentos, te invitamos a seguirnos en nuestras plataformas y estar al tanto de las últimas noticias en temas de salud y bienestar.

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