A mi amigo Andrés Pichardo  Reynoso

SANTO DOMINGO, RD. – Este bien podría ser el título de un libro, una película, ya sea de suspenso, de época o mitológica. Sin embargo, en esta ocasión vamos a tratar de adaptarlo al contexto actual de nuestra realidad política como país, no sin antes aclarar, que para quien escribe y como aspirante a su cristianización interna, hay un solo Dios y se llama Jehová, creador de los cielos y la tierra (Génesis 1:1).

Lo primero que estableceremos a la luz del análisis que sobre el tema en cuestión estaremos tratando, es que en los partidos de nuestro sistema y al carecer los mismos de una estructura educacional al interior de su militancia, quienes se hacen llamar los líderes que más que todo y en su gran mayoría tienden a ser no más que dirigentes, muchos de estos suelen caer en el error de creerse los “todopoderosos”.

Rafael Santos

Estos, una vez investidos de ciertos poderes que dentro de sus organizaciones les dan las leyes y sus estatutos, la gran mayoría se erigen para la conquista del poder político-electoral, ya sea desde su centro, o en mucho de los casos y al no contar con estructuras o recursos económicos que los coloquen dentro del carril de los llamados mayoritarios, y sobre todo, al no lograr los votos necesarios en las diversas contiendas electorales, esos dirigentes o líderes en su gran mayoría acomodan sus entidades al lado de quienes les puedan garantizar su permanencia dentro de la estructura dirigencial de las cosas del Estado.

Eso partidos a los que nos referimos pasan a convertirse en “partidos bisagra”,  termino que sabiamente fue definido en agosto 8 del 2017, por el periodista Alberto Caminero, cuando en el vespertino hermano El Nacional, lo definía como “Pequeñas fuerzas políticas que parasitan en el Estado”, en donde “La mayoría son entidades sin ideología definida que se activan en cada proceso electoral para respaldar candidatos que las encuestas dan favoritos”. Bien hasta aquí la definición de lo que buscábamos en esta parte introductoria.

Ahora bien, partiendo de que muchas de nuestras entidades políticas carecen de una ideología totalmente definida, y que también en su gran mayoría no cuentan con una estructura educacional apta para desarrollar un partido político propiamente dicho y acorde a las necesidades genuinas de lo que como país necesitamos, es fácil que la membresía de algunos de estos y sin excepción, caigan en el craso error del endiosamiento de sus principales dirigentes.

Muchos de esos llamados “cacique”, también suelen actuar  como los emperadores de dichas entidades y esto como es lógico, trae como consecuencia fatales desenlaces que terminan sepultando la continuidad de los liderazgos tan pronto ese “dios” ya no está al frente de dicha organización, lo que en ocasiones merma su capacidad electoral a un término tal, que algunos de estos concluyen en la casi extinción total. Veamos.

Primer caso: Partido Dominicano (PD)

Como ejemplo palpable, ahí tenemos al Partido Dominicano (PD), fundado el 16 de agosto de 1931. El mismo era “propiedad exclusiva” del dictador Rafael Leónidas Trujillo. En sus inicios según los datos encontrados dentro de nuestras investigaciones, este contaba con una matrícula de 1, 302,751 inscripciones de ambos sexos a nivel nacional.

Debemos recordar, que además de ser “la maquinaria ideológica” del dictador, quienes al momento de transitar por cualquiera de las calles del país y no contar con los llamados “tres golpes”, es decir, la cédula de identidad, el documento que certificaba que esa persona había hecho el servicio militar obligatorio y el carnet del PD, al que se le conocía como la palmita al tener como símbolo una mata de esta especie, esa persona podría ser acusada de vago y hasta podía ir a parar a la cárcel. Por suerte, dicho partido quedó “sepultado” la  noche del 30 de mayo cuando el tirano fue asesinado.

Segundo Caso: Partido Reformista (PR)

En nuestro recorrido analístico podríamos citar a otros, que se formaron dentro del periodo de tiempo post Trujillo hasta el 1965, pero por asunto de tiempo y espacio vamos a irnos directamente al Partido Reformista (PR), el cual fue establecido a través de la fusión de otras tres organizaciones políticas, el 21 de junio de 1963.

Esas estructuras políticas fueron: El Partido Revolucionario Dominicano Auténtico (PRA), El Partido Acción Social (PAS) y el Partido Agrario Obrero (PAO).

El reconocimiento del PR data del 20 de abril de 1964, bajo la responsabilidad del licenciado Francisco Augusto Lora y el Doctor Delfín Pérez quienes fueron los responsables de elevar dicha solicitud ante la Junta Central Electoral. Su Casa Nacional en se encuentra en la Avenida Tiradentes esq. San Cristóbal, en el Ensanche La Fe, Santo Domingo, Distrito Nacional, siendo su líder máximo desde su fundación, el doctor Joaquín Antonio Balaguer Ricardo.

Ahora bien, antes de pasar a otras organizaciones política, es preciso decir como testamento histórico, que este partido y para dar ante el país y al mundo una connotación de ser una entidad con preceptos ajustados a las normas democráticas y religiosas, se fusiona con el Partido Revolucionario Social Cristiano, el cual tenía como símbolo y se hacía reconocer como “El Partido del Machete Verde”.

Esta fusión se da el 21 de julio de 1984, no sin antes establecer, que los fundadores de este, fueron los luchadores anti trujillista Alfonso Moreno Martínez, Mario Red Vittini, Yuyo D’ Alessandro, Caonabo Javier Castillo y la señora Josefina Padilla viuda Sánchez, teniendo como uno de sus líderes en la juventud de ese entonces, al hoy Administrador General de la Lotería Nacional, el amigo y compueblano salcedense, Teófilo (Quico) Tabar, quienes deciden mediante acuerdos unir dichas siglas para que el mismo y a partir de la citada fecha pasara a llamarse: Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).

Continuará……………….