ELLOS OPINAN RD
Por: Ling Almánzar
SANTO DOMINGO, RD. – La República Dominicana ha tenido dos reinas, una más real que la otra, pero reinas a fin de cuentas. En realidad, Angelita Trujillo fue reina política de la tiranía de su padre, el Jefe de la nación; Amelia Vega, en cambio, lo fue de la belleza universal. Entre ambas coronas mediaron casi medio siglo, es decir, 48 años de sobresaltos, tragedias, profundas crisis y destapes políticos, económicos y sociales.
Las coronas llegaron, cada una a su manera, en tiempo y espacio diferentes. Los motivos fueron distintos en cada ocasión. En 1955 hubo una celebración fastuosa: los 25 años del régimen fuerte de Trujillo. Este mega-programa, para exaltar al tirano en su tierra, incluyó la inauguración de obras majestuosas y una coronación despampanante.
La elegida no podía ser otra que su hija, una chiquilla traviesa que, a sus 16 años, de pronto tenía una corona en la cabeza y un nombre pomposo. Era la reina Angelita.
En 1939, no nació en el país sino en París, al lado del inquieto Sena y de la gran torre Eiffel. En su grotesta -y para algunos ridícula- coronación usó un suculento y lujoso vestido de 80 mil dólares. Además de este costoso regalito, hubo chulerías y caprichos salidos de las costillas del pueblo dominicano. Se dio el lujo de su vida.
Esa apoteosis coronó los caprichos reales de la joven soñadora. Se creía ciudadana del fino mundo europeo. Dos años antes, en 1953, Angelita había asistido a la coronación de Isabel II, en el Reino Unido. El hecho de su nacimiento europeo y de su visita a la consagración de la reina poblaron las fantasías de su inquieta imaginación. Vivía como dominicana y soñaba como europea. Falleció en Miami, a los ochenta y cuatro años, en el 2023.
Mucho después, llegó lo de Amelia. El 2003 había sido un difícil catastrófico para la nación: crisis económica, quiebra de bancos, alto costo de la vida, pobreza en aumento. En ese momento, la corona de Vega renovó las esperanzas del pueblo dominicano, y el futuro volvió a sonreír.
Panamá fue el escenario real. Allí fue reina, a los 19 años. Nacida en 1984, ha sido la única reina dominicana del Miss Universe, un certamen de beldades a granel, que encarnan modelos de belleza e inspiran a las más jóvenes.
Más de veinte años después, Amelia es reina-madre y sigue llevando una corona invisible sobre la cabeza.