ELLOS OPINAN RD
A diferencia de la masculina (que es más estrecha, alta y pensada para soportar mayor carga muscular), la pelvis femenina es más ancha, más baja y más flexible, con una abertura mayor.
No es casualidad; su forma está perfectamente adaptada para una función vital de nuestra especie.

Gracias a esta arquitectura única, el canal del parto es lo suficientemente amplio para permitir el paso del bebé, incluso con su cráneo grande y complejo. Además, los huesos y ligamentos de la pelvis femenina tienen una mayor elasticidad, lo que aporta la movilidad necesaria durante el nacimiento. ¡Fascinante!
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